La vida da muchos giros inesperados.
Dentro de mis planes para este año pensaba en consolidarme en mi trabajo y estabilizarme en la institución en la que laboraba de forma definitiva. Pero acaba de suceder algo que me cambio el esquema y lo cual fue causa de mi repentina ausencia durante estos últimos días.
Sucede que cambio de trabajo. A partir de hoy perteneceré al Departamento de Tecnologías de Información de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado de Jalisco.
¿Razones? En esta institución me ofrecieron una plaza, la cual es muy difícil de conseguir. Con la misma vienen aguinaldos, vacaciones, seguro social, y demás prestaciones que en CAPECE nunca me ofrecieron.
Era complicado ver cómo se podía contar conmigo como un empleado "de confianza" para acciones como filmar al sindicato, trabajar a deshoras de la noche, etc. Y cuando uno necesitaba de la institución no se veía reciprocidad.
Originalmente me llamaron hace un mes y medio, lo cual originó que tuviera que acelerar mi proceso de entrega-recepción. Pero en esto hubo complicaciones, ya que no se me quería dejar ir por un lado, y por otro lado se tardaban en darse trámites para mi ingreso a la nueva dependencia. Finalmente, se concretó algo que pensé que nunca se lograría.
Al despedirme, me encontré con una grata sorpresa: mi esfuerzo y gusto por el trabajo se notó. Recibí palabras bonitas, alentadoras, incluso de personas de quienes nunca lo esperaba. Levantón de ego...
Curiosamente, este cambio no interferirá con mis expectativas de este año. A final de cuentas creo que caigo en un lugar en el que estaré agusto y en el que podré contar finalmente con la seguridad que quiero para mi familia. No saldremos de pobres aún. No acabaremos con algunas deudas aún. Pero esperemos que pronto se logre.
Mi ilusión: a ver si ya se me hacen mis vacaciones, las cuales la última vez que las tuve fue hace mas de dos años y medio. Me urge descansar...