Por lo mismo mi Ñora y yo acordamos que ella y los chaparros debían irse con su familia, porque es difícil que un tinaco nos dé abasto a toda la familia en toda la semana para bañarnos y demás. Eso sin contar con la presión que su familia le ha ejercido a partir del chisme de hace unos días, la cual le ha ocasionado a mi Ñora que su salud se vea deteriorada por ese estrés.
Les ayude a empacar anoche y hoy en la mañana seguimos la rutina diaria, pero con la diferencia de que ya no vuelven hasta que el agua se restablezca.
Voy escribir de más y pondré mi pronóstico: estoy seguro de que ya no van a regresar.
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