Hoy es un día especial para nuestra familia. Como había narrado anteriormente, viene un Bebé en camino, y ya le estamos abriendo paso en la familia. Y para ello ya le teníamos elegido al que podría ser su padrino, pero había que planteárselo al elegido para ver si aceptaba.
El padrino es Héctor, quien fue mi compañero desde nuestra niñez, en la escuela, y a quien le tengo mucho cariño. Le hicimos la propuesta por dos razones, porque le tenemos mucha estima y sabemos que el estaría a la altura de la responsabilidad, y por otro lado, porque era una forma de ofrecerle algo muy cercano a un hijo, ya que antes habían tenido él y su esposa Claudia una experiencia difícil en eso.
Cuando se lo estábamos planteando inmediatamente dio con la propuesta antes de que termináramos y le pareció formidable. Así que ya tengo a mi segundo compadre si Dios quiere.
Pero lo que más gusto nos dio es que, al plantearle esto, también nos dio la noticia de que su esposa ya estaba esperando bebé y que al parecer todo va sobre ruedas. Doble felicidad, ¿no?
¡Saludos, compadres!
29 de enero de 2007
28 de enero de 2007
¿Agave de plata?
Hoy, como todos los domingos, fuí con mi suegro y con mi compadre Juan a trabajar en los agaves.
Lástima que no haya cargado con cámara para tomar foto del paisaje que presenciamos: el rocío nocturno se combinó con las bajas temperaturas e hizo que los agaves tuvieran una fina capa de escarcha, la cual, al reflejarse con el sol y refractar el color del agave, daban la impresión de que las plantas de agave eran de plata. Daban un reflejo metálico grisáceo que sólamente he visto en la plata.
No cabe duda que Dios, en su grandeza, sabe hacer paisajes preciosos de una forma tan sencilla y tan de la nada, pero a la vez tan majestuosa.
Ni modo, el encanto se acabó cuando nos hicimos a la idea de que había que ponernos atrabajar. Nada es para siempre, ¿verdad?
Lástima que no haya cargado con cámara para tomar foto del paisaje que presenciamos: el rocío nocturno se combinó con las bajas temperaturas e hizo que los agaves tuvieran una fina capa de escarcha, la cual, al reflejarse con el sol y refractar el color del agave, daban la impresión de que las plantas de agave eran de plata. Daban un reflejo metálico grisáceo que sólamente he visto en la plata.
No cabe duda que Dios, en su grandeza, sabe hacer paisajes preciosos de una forma tan sencilla y tan de la nada, pero a la vez tan majestuosa.
Ni modo, el encanto se acabó cuando nos hicimos a la idea de que había que ponernos atrabajar. Nada es para siempre, ¿verdad?
27 de enero de 2007
Unos Vecinos Improvisados.
Hoy, como todos los Sábados, fui con mi suegro a trabajar y nos regresamos a casa temprano. Cuando regresábamos, nos encontramos en la tienda a un amigo que vive por la casa.
La situación de que este amigo viva cerca de nuestra casa es muy curiosa. Éramos compañeros en la universidad y nos hicimos muy buenos amigos. Pasó el tiempo, y cuando tramitamos mi Ñora y yo el crédito para venirnos a vivir a la casa donde actualmente vivimos, después nos salió este cuate, Oscar, con que el ya llevaba varios meses tramitando un crédito en este mismo fraccionamiento. Yo sin saber que el tramitaba casa por acá, y el sin saber que nosotros estaríamos por acá. Cosas del destino, ¿no?
Cuando lo vimos lo saludamos como siempre, pero justo en el momento en que nos despedimos y el se dirigía a su casa, su esposa me llamó y me preguntó que si estaríamos en nuestra casa, y al decirle que si, me comentó que en un momento nos visitaba.
Al comentarle eso a mi Ñora, nos dio mala espina, como si estuvieran peleados y ella buscaría compañía al estar ausente su esposo. No le movimos.
Al rato, vinieron ellos junto con su hijo bien quitados de la pena y se quedaron en casa un rato. Jugamos Uno (ya he platicado de ese juego) y todo pasó como si nada.
Al final, mi Ñora y yo nos quedamos con la duda de que si algo pasaba, o era premeditado, o sólo veíamos moros con tranchete. Sabrá Dios.
La situación de que este amigo viva cerca de nuestra casa es muy curiosa. Éramos compañeros en la universidad y nos hicimos muy buenos amigos. Pasó el tiempo, y cuando tramitamos mi Ñora y yo el crédito para venirnos a vivir a la casa donde actualmente vivimos, después nos salió este cuate, Oscar, con que el ya llevaba varios meses tramitando un crédito en este mismo fraccionamiento. Yo sin saber que el tramitaba casa por acá, y el sin saber que nosotros estaríamos por acá. Cosas del destino, ¿no?
Cuando lo vimos lo saludamos como siempre, pero justo en el momento en que nos despedimos y el se dirigía a su casa, su esposa me llamó y me preguntó que si estaríamos en nuestra casa, y al decirle que si, me comentó que en un momento nos visitaba.
Al comentarle eso a mi Ñora, nos dio mala espina, como si estuvieran peleados y ella buscaría compañía al estar ausente su esposo. No le movimos.
Al rato, vinieron ellos junto con su hijo bien quitados de la pena y se quedaron en casa un rato. Jugamos Uno (ya he platicado de ese juego) y todo pasó como si nada.
Al final, mi Ñora y yo nos quedamos con la duda de que si algo pasaba, o era premeditado, o sólo veíamos moros con tranchete. Sabrá Dios.
24 de enero de 2007
Un regalo fuera de tiempo, a tiempo.
Desde hace algún tiempo mi suegro había comentado al aire que comenzaba sentir la necesidad de tener un celular. Ya antes había tenido uno, y se lo robaron. Mi Ñora le dio otro, y se le descompuso.
Pero en esta ocasión, tuve la ocasión de hoy conseguirle uno con los puntos que tengo acumulados por el uso de mi celular, y se lo llevé. Ayer no tuve la oportunidad de felicitarlo muy efusivamente, pero hoy tuve la oportunidad de reivindicarme regalándole un celular, que, aunque no es punta de tecnología, es un buen aparatito que le servirá para estar localizable.
Qué curioso. Antes este aparatito no existía, pero ahora ya que existe, se convierte a veces en una necesidad. ¿Raro, no?
Pero lo justifico, porque, con eso de que todo el tiempo anda fuera de casa y no en un lugar fijo, de esta forma todo mundo es localizable para cualquier emergencia. Valen la pena este tipo de tecnologías.
Pero en esta ocasión, tuve la ocasión de hoy conseguirle uno con los puntos que tengo acumulados por el uso de mi celular, y se lo llevé. Ayer no tuve la oportunidad de felicitarlo muy efusivamente, pero hoy tuve la oportunidad de reivindicarme regalándole un celular, que, aunque no es punta de tecnología, es un buen aparatito que le servirá para estar localizable.
Qué curioso. Antes este aparatito no existía, pero ahora ya que existe, se convierte a veces en una necesidad. ¿Raro, no?
Pero lo justifico, porque, con eso de que todo el tiempo anda fuera de casa y no en un lugar fijo, de esta forma todo mundo es localizable para cualquier emergencia. Valen la pena este tipo de tecnologías.
23 de enero de 2007
Noche de las narices frías.
Hoy mis chaparros amanecieron un poco enfermos. Uno ya no halla si mortificarse o dejar que la enfermedad siga para que ellos no sean débiles físicamente, y que hagan defensas. Por si las dudas, les tocó ir a ver al médico. Esto, mientras yo estuve en mi trabajo: mi Ñora los llevó.
Ya en la noche, fuimos por mis chaparros con mis suegros. Y de hecho es cumpleaños de mi suegro, así que pues habían visitas de felicitación a mi suegro.
En eso, mi Ñora me plantea que no saquemos a los chaparros por el frío que está haciendo y por su salud, y que nos quedemos a dormir con mis suegros. No pude yo por que tenía que recoger unos papeles que necesitaba para mi trabajo de mañana, así que accedí a que se quedaran a dormir con mis suegros y me regresé a casa a dormir yo solito.
Me regresé un poco choqueado... Me despedí, todos preguntaron por qué, yo expliqué, y escuché el cuestionamiento de mi suegro de que si no me aventaba ningún tequilita... Expliqué de nuevo.
¿Por qué no acepté? ¿Por qué no un rato más? En ese momento no quise manejar con aliento alcohólico... ¿Era eso? ¿O el sentimiento de que lo prescindible que a veces me hace sentir esta familia? No supe, pero cuánta paz hay en esta casa sola sin mi Ñora y mis chaparros. Se siente muy raro estar sin ellos.
Yo pasaré la noche frío, y ellos calientitos, y a final de cuentas eso es lo que me importa: que estén bien...
Ya en la noche, fuimos por mis chaparros con mis suegros. Y de hecho es cumpleaños de mi suegro, así que pues habían visitas de felicitación a mi suegro.
En eso, mi Ñora me plantea que no saquemos a los chaparros por el frío que está haciendo y por su salud, y que nos quedemos a dormir con mis suegros. No pude yo por que tenía que recoger unos papeles que necesitaba para mi trabajo de mañana, así que accedí a que se quedaran a dormir con mis suegros y me regresé a casa a dormir yo solito.
Me regresé un poco choqueado... Me despedí, todos preguntaron por qué, yo expliqué, y escuché el cuestionamiento de mi suegro de que si no me aventaba ningún tequilita... Expliqué de nuevo.
¿Por qué no acepté? ¿Por qué no un rato más? En ese momento no quise manejar con aliento alcohólico... ¿Era eso? ¿O el sentimiento de que lo prescindible que a veces me hace sentir esta familia? No supe, pero cuánta paz hay en esta casa sola sin mi Ñora y mis chaparros. Se siente muy raro estar sin ellos.
Yo pasaré la noche frío, y ellos calientitos, y a final de cuentas eso es lo que me importa: que estén bien...
21 de enero de 2007
Historia de un atracón.
Con motivo de mi cumpleaños, mi Ñora organizó una comida en casita donde invitó a mis amigos. Organizó una taquiza con todo y todo: cebollitas, guacamole, quesadillas... Lo que sea de cada quien qué rico cocina.
Y llegaron los invitados y comenzó el atracón. Pero todos los intentos fueron en vano para terminar las toneladas de comida preparadas para las legiones de invitados que se esperaban (y que no llegaron).
Pero no nos acongojamos y finalizada la comida nos pusimos a jugar Uno, un juego de cartas en el que la mecánica es similar al dominó: hay que tirar cartas iguales al color, número o figura que se encuentran en el mazo principal hasta quedarse sin cartas. El que se queda sin cartas primero gana.
Este juego debió ser inventado por el mismísimo diablo. Saca los peores instintos agresivos de los participantes, crea rencores directamente contra los otros jugadores... Pero de que se divierte uno, se divierte. Y más si te acompañas, como yo lo hice, con un tequilita bien servidito. Solamente hay que alejar cualquier objeto punzo-cortante-contundente y no habrá muertes que lamentar.
Y ya finalizadas las hostilidades, otro intento de acabar con la comida. Todo fue inútil. Hubo que darle a algunos invitados comidita para llevar a sus casas, y ni así logramos terminar con todo.
Pero qué rico y qué agradable día me pasé. Ya extrañaba estar un rato con mis amistades. Saludines donde quiera que estén.
20 de enero de 2007
Tercera llamada, tercera... ¡¡Comenzamos!!
Hola, mundo.
Esta es la primera entrada de mi blog, en la cual pongo a su disposición lo que espero sea una narración de mi vida que sirva para lo que salga: para hacer reír, para hacer llorar, para reflexionar... O para arrugar y tirar a la basura. Total, gastamos unos bytes de a gratis y de algo han de servir.
33 años me han servido para preparar este blog. Creo que es suficiente ensayo, ¿no?
Y elegí hoy para iniciar este intento, porque precisamente hoy cumplo dicha antigüedad, así que si alguien lee esta entrada, de una vez anótelo en su agenda: 20 de Enero, Cumpleaños de Guillermo.
Inicio describiendo mi rutina, la cual, estoy seguro, irá modificándose conforme a mis circunstancias y a las de mi entorno.
De Lunes a Viernes laboro en el Instituto Estatal para la Educación de los Adultos en Jalisco, como (chéquense el nombrecito de mi puesto) Administrador Estatal del Sistema de Exámenes en Línea y Pre-Registros. ¿Haciendo? ¡Pues eso! Administrando un Sistema por medio del cual los Adultos, que quieren acreditar sus estudios de Primaria y Secundaria, hacen un examen por medio de una página de Internet (en línea), y ayudando a aquellos que se interesan por los servicios del Instituto para registrarlos en el proceso y darles atención.
Los Sábados trabajo con mi suegro, quien es comerciante, y desde tempranito nos lanzamos al mercado de abastos a surtir mercancía y de ahí a la venta de frutas y verduras.
Y los Domingos, junto con mi suegro y mi compadre, me dedico a hacerla de agavero (nótese que solamente como productor de agave, no de tequila).
Y en espera de mejorar para tranquilidad y bienestar de mi familia.
Así que así me la paso haciendo uso de este sistema que es la vida, junto con mis usuarios consentidos: mi Ñora (mi compañera de vida), mis Chaparros (dos gemelos-torbellino que adoro), y el Bebé que viene en camino y que tiene a mi Ñora patas pa'rriba con las náuseas y demás achaques.
Gracias por acompañarnos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)