24 de enero de 2007

Un regalo fuera de tiempo, a tiempo.

Desde hace algún tiempo mi suegro había comentado al aire que comenzaba sentir la necesidad de tener un celular. Ya antes había tenido uno, y se lo robaron. Mi Ñora le dio otro, y se le descompuso.

Pero en esta ocasión, tuve la ocasión de hoy conseguirle uno con los puntos que tengo acumulados por el uso de mi celular, y se lo llevé. Ayer no tuve la oportunidad de felicitarlo muy efusivamente, pero hoy tuve la oportunidad de reivindicarme regalándole un celular, que, aunque no es punta de tecnología, es un buen aparatito que le servirá para estar localizable.

Qué curioso. Antes este aparatito no existía, pero ahora ya que existe, se convierte a veces en una necesidad. ¿Raro, no?

Pero lo justifico, porque, con eso de que todo el tiempo anda fuera de casa y no en un lugar fijo, de esta forma todo mundo es localizable para cualquier emergencia. Valen la pena este tipo de tecnologías.

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