13 de febrero de 2007

Vida Después del Suicidio.

Hoy estamos de luto.

Falleció el Papá de mi mejor amigo. Cuando recibí la noticia por mi Ñora me quedé sorprendido, porque, a pesar de su edad y de algunos malestares, el señor se veía fuerte.

Traté de localizar a mi amigo y no lo logré, así que me comuniqué con su hermana, quien se encontraba, naturalmente, destrozada. Pero algo raro noté... Cual va siendo mi sorpresa (desagradable, por cierto) cuando me entero de que el señor se suicidó. Y para acabarla todo lo dejó perfectamente arreglado: ya lo tenía planeado desde mucho antes. Solo era cosa de tiempo.
Qué dolor para su familia. Y pensar que ayer estábamos tan contentos.
Y lo peor es que, si a mí me afectó, cuánto más a mi amigo y su familia.
Lo único que se es que el señor logró su objetivo: ya está descansando. Lástima del costo.

Hermano, un abrazo...

Qué frágil es la vida. Me dejó estremecido. Ahora lo trasladé a mi familia. No podría yo hacer algo así por más desesperación que pueda sentir. Ahora que viví de cerca lo que sufre una familia, no me atrevería a hacerles eso a la mía...

La vida, estoy seguro, no será la misma ni para la familia de mi amigo, ni para los que, de alguna manera, estamos cerca y presenciamos esta situación tan dolorosa. Creo que la valoraremos y la cuidaremos, no solo por nosotros, sino por los que amamos.

Son las 11:30 p.m., y el día aún no termina...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Debe ser terrible saber que algun ser amado murio de tristeza, porque pienso que eso les pasa... No tienen ganas de vivir y cuanta culpa sentiran sus familiares al saber que nada pudieron hacer......
Animo aunque no se como....

Guillermo González dijo...

Gracias, Mimí.
En verdad es dificil esto, pero sé que será superado y que traerá superación para los que nos quedamos.
Saludos.